Un autorretrato; la imagen proyectada sobre un espejo,
la posición de las manos contrario a lo que dice el autorretrato,
la mirada fija, inmóvil, apuntando a la nada,
el seño fruncido, como a disgusto de sentir los propios pensamientos.
Y detrás, algún perro callejero sentado,
un concepto con apariencia canina,
otro inusual reflejo de ese espejo oportunista.
Y el concepto se proyecta,
suelta una bocanada a plenitud.
Quizá el concepto mordiscón consuma las ideas,
o quizá solo sea un autorretrato,
un autoreflejó absorbido por la imagen.
Y entonces, F.T. simplemente este meditabundo y los ojos cerrados . . .
la posición de las manos contrario a lo que dice el autorretrato,

el seño fruncido, como a disgusto de sentir los propios pensamientos.
Y detrás, algún perro callejero sentado,
un concepto con apariencia canina,
otro inusual reflejo de ese espejo oportunista.
Y el concepto se proyecta,
suelta una bocanada a plenitud.
Quizá el concepto mordiscón consuma las ideas,
o quizá solo sea un autorretrato,
un autoreflejó absorbido por la imagen.
Y entonces, F.T. simplemente este meditabundo y los ojos cerrados . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario