Se pasan malos días, de esos que pareciera que el cielo se nubla y nubla, y uno tiene que caminar y caminar. El inconciente incontingente que me inventé ya no me funciona.

Platicando con la queridísima amiga Jack, contelé como me sentía respecto a las incongruencias de mi yo. Un inmenso pensamiento bonito para la Jack, compañera añorable. Y ya estando en eso, ella me miró y me recordó las cosas ingenuas que andaba yo dudando.

Ya no puedo andar jugando a eso, por iniciativa propia me borro, una ceremonia de terminación según las culturas antiguas, haré estrellar las viejas deidades sobre el piso, que se rompan y que sea lo que tenga que ser...