Y eras como un héroe, venias a rescatarme de mis queridas manías, y nunca quise que fuera de este modo pero fue así. Encontrarte de el modo en el que no nos encontramos, caminar por los pasillos y toparme con esa sonrisa que me arrebato de mi.
Que sensación es esta, debiste de haber sido tu el que me dijera las cosas, yo nunca me espante por tanto, y la mala vibra con la que las noticias llegaron a mis oídos, malas vibras para el lugar tan hermoso en el que me encontraba. Y estaba yo esperando irme, estaba ya segura de que me iría sin retorno. Ya no deseba esta estancia y me la pase con este contento, con esta reafirmación de dejar las cosas suspendidas en este silencio concurrente. No va por ahí el asunto, quiero estar en otros lados y en eso estoy, por eso me sentía tan bien en ese viaje meridiano, y hasta esos lugares llegan los rumores, llegan también mensajes escritos por tus dedos, pero el rumor lastima mucho más, mucho más aún por el modo en el que va entrando en mí, pero dura un instante, me sofoco de angustia y de tristeza, tanto pasearme con vos y tu ni enterado, yo no me fui cuando sabía algunos otros rumores, no me fui cuando hubo conciencia de donde estábamos parados, pero ahora, igual que la maga de Cortazar, me ahogo en un río metafísico (más bien estoy ahogada, muerta ya). Descorazonada y con el golpe sin sentirte, me salí a vagar por esos otros lados, fue como tu mano empujándome hasta el fondo; no salgas de ahí miriam!, y no salgo por ese mismo lugar, salgo por estos otros rumbos que al fin y al cabo ya estaban dibujándose en mi cabeza…
Y aún con estos amores, no puedo dejar de sentirme estúpida, infinitamente estúpida, anda pues a sacudirte la cabeza mientras abrazas al amor eterno, ese que no se te va de las manos, yo estoy decepcionada de tu inconclusa sinceridad, abrázame en esas noches donde los demás me gritaban al oído lo mala persona que eras, y yo siempre con estos amores abrazándote, haciéndote compañía… pero no voy a reafirmar la existencia de amores estúpidos, no se puede en mí, solo me siento un poquito estúpidamente decepcionada, y no esperaba que me abrazaras con amor, pero si esperaba no sentir tu puño con tanta fuerza en mi espalda…
miriam, noviembre 08, Mérida
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