La piel erizada, el frío y el calor de esta ciudad que no terminan por calentarme del todo, pienso por encima de mi piel, camino por debajo de lo verde, dicen que la primavera entro y que el invierno salió, me gustaría perseguir a ese invierno vagabundo, me ha dejado con varias cositas pendientes. Y el transcurrir me atormenta un poco, imagino que en este airé denso el tiempo toca mis mejillas e intenta despeinarme, no lo logra, no puedo estar más despeinada de lo que siempre estoy, y no encuentro ningún pretexto para quedarme estática, entonces ese aire denso, que es atemporal y que además esta lleno de esas partículas de tiempo, me obliga a dibujarme una silueta en la boca, entonces el remedio es andar y andar, no puedo parar, y el dibujo en mi boca se vuelve más marcado, hasta se asoman mis dientes chuecos, y se asoman también los nervios, las malegrías, me conforta saber que el invierno vagabundo va y viene, que la primavera vino a pasar unos días por acá y que al rato se irá, y que un montón de cosas me tocan y luego se van.
y pasa alguien a mi lado, ese alguien mira esta sonrisa orejona que traigo en la cara. Entonces me voy andando y el tiempo que también anda nos va toqueteando todo el alma.
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