lunes

identificaiones

.

Cuando jugaba futbol o demasiados deportes extremos para una niñita (como decían la mayoría de mis conocidos) no me importaba, siempre me sentí como una niña con capacidades de niño. Claro que como una niña tenía que convertirme en muchacha, entonces vino lo odioso de ver mis senos crecer y un ensanchamiento en mis caderas, en esos tiempos me miraba al espejo antes de salir muy temprano rumbo la secundaria y solo pensaba en lo estorboso que eran algunas partes de mi cuerpo - “necesito correr y estos senos no me lo permitirán” -

Para ese entonces ya era yo muchas cosas metidas dentro de mi, indisoluble con mi cuerpo ansíe algunas veces ser otra cosa (muchas cosas) pero nunca hice ni el más mínimo intento de ser alguna otra cosa. Desordenada y siempre dispersa me interese poco por los estudios y por los chicos, como podría yo interesarme en semejantes cosas cuando lo mío era estarme ensimismada imaginando situaciones hasta cierto punto cómicas y luego la música que no dejaba de acompañarme en juegos íntimos. Crecí con dos hermanas y ni un solo hermano, este ultimo hecho me permitió, creo yo, una imaginación mucho mayor y una exploración más humana de mi yo. Pero nada de ideas feministas en mi cabeza, nada de querer revelarme ante un sistema machista que prácticamente no veía, crecí libre de todo eso, con un padre que apoyaba e impulsaba a sus hijas a independizarse y una madre casi-enteramente dedicada al juego con sus hijas. De infancia creativa y juguetona y adolescencia entretenida y amorosa descubrí (o redescubrí) la amistad, el romance y los estudios. Al parecer encontré el modo idóneo de seguirme en un mundo cuasi paralelo a mis entes “reales” y encaminadas a la madurez de una adulta. Conciente o no conciente de mis inconformidades y grandes diferencias con el mundo soy ahora este intento de adulto, aún soy muy desordenada, en cuanto se presta la ocasión sigo con juegos rudos, dispersa mucho más, y con ese desdén por tantas cosas que como adulto debiera tener como responsabilidades. Siempre seré niñita cuasi niño queriendo y pensando en cuanta cosa no se ponen los demás a pensar. Pero como soy adulto, tengo que agotar mis responsabilidades, tengo que terminar por independizarme sin soltarme de donde vengo, recordando y recobrándome cada que me vienen las tristezas de ser un adulto incomodo. Y es que este fin de semana, el mismo donde he olvidado las llaves en el labo, me he hecho este auto.stop y al verme en casa con la gente que siempre estará acá en mis yo´s supuse y sobrepuse mi resolución de adultez, también he tenido de mirarme por entero desnuda ante el espejo. Mis curvas son tan como yo por dentro, aún tengo esas ganas de viveza que tanto ha hecho reír a las gentes y mis manías están también presentes; me muerdo las uñas, los labios y la conciencia, lloro cuanto puedo, amo procurando alejarme del egoísmo y soy casi-desordenada del todo. Ah, porque también he “madurado” en mi caos maniaco he descubierto cosas bellísimas cosas feísimas, y a sabiendas de que jamás seré completamente un adulto cabal y ordenado voy a seguir soñando e imaginando agradeciendo estas involuntarias no.ganas por cosas tan materiales. Y dando gracias a la vida (como la Parra) por mis senos, por mis locuras, por mis desordenes y sobre todo por mis inconformidades……


; punto y como para lo que venga;

2 comentarios:

M. dijo...

Hace pocos días me sorprendió mi hija con una contestación a algo intrascendente que discutíamos. Me dijo una frase: "Yo decido lo que sigue". palabras sueltas, palabras breves que mucho comprenden, pero que son importantes y definitivas. Cuando te he leído, me has recordado esa frase de mi niña. Supongo que los años te han traído la autoaceptación y la comprensión de esa voz interior, dispersa, desordenada pero centrada y armoniosa, porque es tuya y a partir de ahí y como tú dices punto y para lo que venga :)

mimmIqmI dijo...

ese es el punto exacto M y si no lo fuese te agradezco infinitamente tus palabras, que sueltas y tan definitivas (casi igual como las de tu niña) me reconfortan.

Un gran-gran abrazo M