.
Es la misma ciudad.
El sitio de nuestro encuentro es el de siempre; pero hemos olvidado que nada esta fijo. Entonces nos miramos ajenos a esta memoria que nos obliga a reencontrarnos.
Sorber el café y mirarnos, saber que las cosas cíclicas son para los tontos, saberlo y al mismo tiempo estar obligados a la memoria.
Esa memoria nos lleva a esos sitios ocupados de antes, entonces somos tontos, tan tontos que hasta sentimos como antes ese impulso del corazón. Entonces sonreímos, nos reímos como estúpidos, carcajada.
y no
nunca seremos cíclicos…..
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario