Con los ojos a medio abrir, con la cuesta de tres días de no dormir suficiente, dolencias nostálgicas, acuse de valores no comprometidos, y encontrarse con que hoy es 2 de octubre, sí, esa fecha metódica y un poco inhumana, edagrdo pregunta sí pienso en ir a la marcha, respondo que el estado actual de mi pie no me permitiría y pienso en el concierto de Manu del sábado. Y me siento simbolicamente absurda, pero voy a las islas, voy al ccu, buscando algo de reencuentro de una etapa de este país que me es completamente atemporal, escuchó lo que me comentan, leo las noticias, asisto a las conferencias, me indigno, me hago participe de la atemporalidad del "2 de octubre no se olvida", y el rector grita la frase en conmeroración, a modo de recordatorio. Yo veo imagenes, busco mi inconsciente identificación con un moviento social que me estremece un poco, pisar la ciudadela, y sentirme parte de algo de lo que no seré parte, mi subconsciente se siente como que orgulloso y exaltado, aún cuando este yo parada en un lugar en donde nunca estuve, irreal, ilusorio este tributo y este enfado hacia la humanidad/deshumana. Y me dan estas ganas de politizarme más de lo que debiera.
y ahora pienso en no olvidarse, en no reconvertir las cosas y en llamarme a mi misma estudiante comprometida con un simbolismo que aún no termino por destapar...
miriam
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