regreso a casa luego de un día de tantos re-encuentros y charlas con la Fay. Y traigo colgado un dolorcito, algo que cruje en mi pecho y me quita instantes de respiro -nada irremediable- me digo al subconsciente. Pero en el resto de mi ser siente con cierta extrañeza que este dolorcito, que por ratos se vuelve húmedo, se planta y hecha sus raíces. Allí en lo profundo y silencioso de lo que siempre quise para mis amores.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario